El Miedo.

No sería noticia para nadie si les digo que el tema central hoy en la Argentina es la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Es esa Ley la que viene generando las absurdas pero fuertes reacciones de ciertos sectores políticos y de los medios hegemónicos de comunicación.
Parece que en las últimas semanas, encontraron una nueva excusa para desviar la atención; para relacionar a este Gobierno con "ataques a la libertad de expresión", y no con la democratización de los medios. Damas y Caballeros; con ustedes... El Miedo!
Ahora resulta que los periodistas y políticos opositores tienen miedo.
¿De qué?¡¿A qué le tienen miedo?!
No hace falta que tires esa puteada al aire.

Estos medios conservan aún, pese al decrecimiento de su credibilidad, su lugar como principales formadores de opinión pública. En una sociedad que está despertando, pero donde aún hay gente que reposa en esa idea de no pensar, sin darse cuenta de que no existe la imparcialidad en estos temas (quien emita un discurso o un artículo, indefectiblemente va a estar volcando su opinión o punto de vista), las campañas como "El Miedo" siguen teniendo cierto efecto en la población.
Hasta acá, queda claro que, por más que inventen algo sin demasiado sentido, van a tener una repercusión, de mayor o menor magnitud.
Entonces, ¿a qué le tienen miedo?
La respuesta es simple; ¡a nada! Estos tipos no tienen miedo; simplemente es el slogan del mes, o de la quincena.

El asunto es el siguiente. Quieren hacerte ver que estamos ante un Gobierno que manda a silenciar voces, matando si es necesario.
Yo me pregunto: ¿Cuántos periodistas fueron asesinados o dejaron de existir públicamente por culpa del Gobierno? ¡¿Cómo pueden hablar de que silencian las voces, si es el Gobierno que mayor cantidad de críticas recibió en las últimas décadas (por lo menos), y jamás hizo más que responder a través de los medios; o a lo sumo, en algún caso, por medio de la Justicia?!
¿Es de fascista recurrir a la Justicia? ¿Es de nazi responder a través de los medios de comunicación las agresiones? ¿Es mejor censurar? ¿Es mejor desaparecer a los periodistas?
Preguntémosle a Morales Solá, por ejemplo; uno de los tantos cómplices del genocidio, responsable de la sección política del diario Clarín durante la dictadura. Pero no es el objetivo detallar la actividad militante de este hombre en esa época (militante en favor del Gobierno de facto).
¡¿Cómo puede Morales Solá hablar de que el Gobierno de Cristina Fernández es capaz de decidir la muerte de algún periodista?!
Como dijo en los últimos días el Señor Eduardo Aliverti, en los 70', se secuestró, violó, asesinó y desapareció a miles de personas. ¿Ahora resulta que están con miedo, cuando vienen criticando injustamente durante años a los Kirchner, y jamás les pasó nada? Revisemos el pasado de quienes hablan, para no necesitar explicaciones. Yo no tengo ganas de narrar la vida de este tipo.

Otro zanguango que salió a hablar, una vez más, es Luis Majul. Si, Luis Majul...
Creo que tuvo cierta exposición dos veces en el último año. Ambas, fueron para decir que tenía miedo; que lo estaban persiguiendo.
Yo me pregunto: ¿A alguien realmente le importa lo que diga Majul? ¿Qué importante beneficio puede traer perseguir a Majul?
Aclaro algo: Mientras lo escribo, no puedo contener la risa.
Que Morales Solá hable, tiene cierta lógica. El tipo es un periodista con un peso muy importante dentro de las grandes empresas comunicacionales, y es entendible que le den bastante cámara para defender... lo que defiende.
Pero, ¿Majul? No merece ni un insulto. Es como que ahora nos la agarráramos con Amalia Granata por sus palabras contra el Gobierno. No tiene la suficiente autoridad (de ningún tipo) como para que su discurso sea tomado en serio; y mucho menos Majul (¡Je!).

Con los dos ejemplos anteriores, abarcamos un importante espectro del pediodismo; desde los "gorilas" de peso, hasta los nadies.
Pero falta la otra pata, que son los políticos.
Yo sigo en mi caída libre hacia la desilusión con respecto al político cuyas ideas me habían cautivado hace algún tiempo. Estoy hablando de Pino Solanas.
Un tipo que, más allá de la tan mencionada "gorilización" de la que se lo viene acusando, parecía actuar por su propia cuenta. Sin embargo, ahora también se sumó a "El Miedo" (cualquier similitud entre cualquier otro reality show y el nuestro, es pura coincidencia).
¡Pino! ¿Cómo podés salir a decir que tenés miedo? ¡Mirá que has copado paradas jodidas, eh! Supongo que recordás tu denuncia ante la privatización de YPF, y las consecuencias que te trajo (para el que no sabe: En el año 92, el Gobierno de Carlos Menem privatizó, entre tantas otras cosas, la empresa petrolera estatal YPF. Pino fue uno de los más enérgicos denunciantes contra esta vergonzosa operación; y eso le costó seis disparos en las piernas). ¿Cómo me podés venir a hablar hoy de miedo, si los últimos meses te la pasaste hablando de escándalos y re-derechas, sin ninguna represalia que no fueran comentarios en medios o denuncias en la Justicia?
La verdad, una desilusión más. Y pensar que recibí duros insultos en la calle por defenderte...

Lo importante, para ir cerrando, es que no perdamos de vista el tema central: La Ley de Medios. Si se implementa esa Ley, más allá de todo lo que podamos debatir, vamos a poder acceder a otros discursos, de gente que opina distinto; no sólo al de estas veletas, que giran según el proyecto al que haya que oponerse.
¡No entremos en sus juegos! ¡No les demos motivos para victimizarse! Y tengamos en claro una cosa: Hasta que por fin se aplique la Ley (porque aprobada ya fue, y con gran consenso), vamos a tener un reality nuevo cada dos semanas.
Esta quincena es "El Miedo". ¿Alguién se imagina cuál será el que sigue? Porque esto de victimizarse no les va a durar mucho más. ¡No aguanto la espera!


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